Mmmmmm. En ese caso, yo buscaría una forma de muerte distinta. Está cansado, eso es porque lleva mucho tiempo luchando... y perdiendo. Además, acepta ya su derrota, ve que no puede ganar, que haga lo que haga, su enemigo siempre es mas poderoso que el, que cada vez que intenta atacar o defenderse, acaba con una nueva herida. Tiene ya tantas y son tan graves que sabe que va a morir, pero no por un solo golpe poderoso que lo derriba de inmediato, sino por multitud de heridas provocadas a lo largo de la larga batalla, que lo han ido desangrando y debilitando.
Entonces, se rinde. Ya no tiene sentido seguir intentando ganar. Se deja caer de rodillas, poniéndose a merced de su enemigo (Al que no se ve en el dibujo, aunque se le puede sugerir, con una sombra quizás, o un reflejo borroso) para que lo remate con un último golpe o simplemente le mire mientras muere lentamente. Ya no le importa, al tomar esa decisión se aleja mentalmente de la lucha, su atención se centra en sus pensamientos y sentimientos, en paladear la desesperación que siente, su sentimiento de fracaso e inutilidad. Mira a lo que sostiene en las manos (el corazón, pero insisto en que es una metáfora muy cursi y muy utilizada, yo buscaría otra cosa) que es como un talismán que canaliza y representa esos sentimientos.
Para sugerir todo esto, en lugar de una espada gigante, el cuerpo debería estar cubierto de cicatrices sangrantes, y podría tener aún clavadas 2 ó 3 armas pequeñas, un cuchillo, un hacha... entre todo sustituye a la gran herida de la superespada y provocan una muerte mas lenta que permite esa posición y expresión final. Además, cuentan la historia de una dura lucha anterior a este momento, una valiente aunque inútil resistencia del muchacho antes de caer finalmente en la desesperación. Tendrían que estar entonces sus armas en el suelo, junto a el, abandonadas antes de caer el mismo de rodillas.
Ale, ya tienes faena
Aunque yo creo que este guerrero podría plantearse las cosas de otro modo. Podría pensar que aún no está lo suficientemente preparado para estas batallas, pero que rendirse no es la solución, que si persevera, seguramente mejorará y aprenderá y empezará a ganar en vez de perder.
Podría darse cuenta de que la multitud de heridas que tiene, no son realmente mortales, que solo son aparatosas pero no graves. Que siente debilidad y cansancio, pero aún le queda fuerza y vitalidad. Que quiere rendirse pero no debe, que está demasiado vivo aún para someterse tan pronto y que ese dolor en el corazón no es mas que un dolorcillo en realidad, magnificado por su imaginación y su debilidad. Que ese dolor es parte de la vida y que lo que ha de hacer es aprender a aguantarlo, a seguir adelante con el como el toro sigue adelante cuando le clavan las banderillas, con mas rabia y mas ganas.
Ese guerrero podría entonces decidir levantarse y seguir luchando. ¿Que coño rendirse? ¿Que ostias dejarse caer de desesperación? ¡Si ha de morir, su enemigo se lo va a tener que currar, y mucho, y se va a llevar unos cuantos tajos antes de conseguirlo!
O a lo mejor, ese enemigo no es tal. A lo mejor descubre el muchacho que no pretende matarlo sino entrenarlo, que su poder es tan grande que si lo hubiera querido matar, lo hubiera hecho de un solo golpe, nada mas empezar a luchar. Tal vez descubra, cuando esté preparado, que su rival es realmente su amigo.