Noctario De Un Insomne

Apartado para relatos, historias, cuentos o cualquier otro texto.

Re: Noctario De Un Insomne

NotaAutor: Wolfy » Domingo, 29 Mayo 2011, 11:40

Torkan Wrote:Muy bueno, Parallax ;)


Como siempre :up:

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Re: Noctario De Un Insomne

NotaAutor: Emerald-Parallax » Domingo, 05 Junio 2011, 22:27

Todos, en mas de una ocasión, hemos ido a “consultar con la almohada”. Esto a veces es causa de insomnio, y otras, remedio.

Hablar con la almohada es algo normal, claro que en realidad no hablamos, si no que pensamos, y no con la almohada, si no con nosotros mismos; creamos un interlocutor imaginario que nos devuelva los pensamientos para evolucionarlos y tratar de ir desmadejando el ovillo. La oscuridad, la comodidad y confort de la cama, la temperatura agradable, el estado de tranquilidad propio del dormitorio… crean el clima perfecto para la reflexion. En ese estado de paz intentamos ordenar la vida y muchas veces decimos cosas que, ya de dia, aparcamos a un sitio menos incomodo. Cuantas cosas pensamos y planeamos hacer simplemente por el hecho de que sabemos que nunca las llevaremos a cabo.

Muchas de estas charlas imaginarias no tienen su origen en problemas de amor. Son todas. Y es que el amor, ese combustible que mueve el mundo, nos suele dar tales disgustos que ahogamos nuestras penas y sufrimientos sobre la almohada, generalmente con la cara apretando fuertemente contra ella a fin de que no se oigan nuestros sollozos y lloros. Es ese momento, cuando toda esa tension emocional se disuelve en amargas lagrimas, cuando encontramos la paz del descanso… solamente hasta que volvemos a despertar con ese dolor en el pecho.

Y es que olvidar a una mujer que te ha hecho daño tiene sus diferentes fases, y que a pesar de haber pasado por ellas no pocas veces, no estoy en condiciones de explicar claramente, y si de manera desordenada.

El primer instinto que te viene al ser rechazado por la mujer de tu vida es querer desaparecer, bien sea en un agujero, en una choza perdida en los Pirineos o en cualquier bar. Claro que ningun lugar es el adecuado, sobre todo si tu estas alli, ya que el problema esta en ti, o al menos, se mueve contigo. Es ese momento donde el instinto de supervivencia te obliga a implorar amor, a volver arrastrandote a donde ella esta, deshaciendote de todo tu orgullo como un viejo cassete, apartando a tu autoestima como si tuviera una enfermedad contagiosa. Y todo para pedirle, por favor, por favor, por favor, que te ame. Que puedes hacerlo mejor, que necesitas de su amor como necesitas del aire, que te de otra oportunidad. Y que la quieres, la quieres, la quieres. Al llegar el dia recobras un poco de sentido, cojas ese viejo cassete y vuelves a introducir la cinta con un boligrafo. Puede que siga sin escucharse, pero ese poco de orgullo que has recuperado te salva de hacer ese ridiculo. De todas formas, este proceso se da unas tres veces al año.

Los alcoholicos tienen que estar alerta y asistir a reuniones para no recaer, y ese mismo peligro existe para los despechados. En cualquier momento puede que sucumbas a una imploración de amor, que si tuviera un final feliz, harias siempre que hiciera falta por mucha humillación que supusiera. Al tener la casi total certeza de que seguramente no sea asi, resistes la tentacion. Es entonces cuando empiezas a tener que odiar a esa ex, olvidandote de todas sus virtudes y resaltando sus defectos, para autoconvencerte (autoengañarte) de que esa chica no esa para ti. Tras hacer un rapido repaso, si te quedas con que su segundo peor defecto es que tiene la letra fea, es que era una mujer extraordinaria, con lo que vuelves a la fase anterior. Su primer peor defecto es que no te ame.

Al recuperar un poco la vida “normal”, en la que ya puede que hasta se te escape alguna sonrisa sin querer vas intentando olvidar lo maravillosa que era, a pesar de que te clavara un puñal de hielo en el pecho, te extirpara el corazon, lo cortara en trocitos pequeños y lo disolviera en acido, para pegarle fuego después, terminando metiendo una alcachofa podrida en su lugar. Lo primero que olvidas es su cara. Luego su voz. Borras el numero de telefono de la memoria del movil para no llamarla cuando estes borracho, balbuceando una ebria declaracion de amor, lo que te lleva a recordar unas cuantas de esas llamadas cuando estabais juntos y piensas “como la hecho de menos”. Olvidas tambien el tacto de su pelo, sus manias, sus gustos musicales y gastronomicos, el color de su coche o el de sus ojos. Y aun asi, sigues queriendo que vuelva junto a ti.

Es entonces, o tal vez antes, que llega el momento destructivo, en el que quisieras que el edificio donde vive se venga abajo, la calle donde esta ese edificio se inunde en el mar o la ciudad donde esta esa calle sea destruida por un meteorito para después que un tsunami llegue y haga desaparecer la comunidad autonoma.

Y sin saberlo, o tal vez antes, todas las canciones te recuerdan a ella. Todas hablan de desamor, o de amor, y prefieres no prestar atención a la letra para no poner palabras a tus sentimientos y dejarlos en ese estado de semi abstracción propios de un mundo etereo, ese mundo que visitas cada noche al apoyar la cabeza en la almohada cuando todo lo demas desaparece y solo quedas tu y tu dolor. Piensas en si podrias hacer algo, pero llega un momento en el que no quieres. Tu grado de resentimiento y de rencor fortalecen tu orgullo y te obligas a echar tierra sobre el asunto. Lo peor de todo es que a pesar de lo que te ha hecho, la sigues amando.

Puede que llegue el momento de empezar a mirar a otras chicas, aunque en realidad ya lo llevas haciendo un tiempo. Sin darte cuenta el ancla que te sujeta al pasado, que te unia a ella esperando que volviera… se rompe, a pesar de que sigues queriendo que vuelva. Pero el barco flota. No sabes muy bien como, pero flota. Y casi todas las noches son ya noches normales, hasta que llega la noche de la crisis, en la que concentras todo lo pasado y te ves incapaz de superarlo. Pero el barco flota.

Sin darte cuenta, esas crisis van espaciandose mas en el tiempo, y aunque no te ves con fuerza para enfrentarte a ella y decirle “hola” mientras le suplicas que vuelva y te ame, o que te ame y vuelva, sigues avanzando. Y sabes, sin saber como, que ella es tu kryptonita y que jamas podras soportar el dolor que te producira si vuelve a estar cerca de ti. De todos modos, lo mismo que el drogadicto quiere la heroína aunque sepa que lo esta matando, asi es tu relacion con tu kryptonita: La quieres a pesar de que te matara de dolor. Sin embargo, eso no te impide que sigas queriendola.

Llega el momento en el que o devuelves los regalos, o los regalas, o los vendes, o los destruyes. Es casi el ultimo vestigio material que queda de ese amor: Un libro y una vela. El libro, con su dedicatoria, esta en una caja dentro de un armario lejos de casa. Algun psicologo enseguida lo relacionaria con el mundo de Narnia. Me da pavor coger el libro y releer la dedicatoria, de la que solo recuerdo sus trazos de lapiz. Al guardar aquel libro en aquel lugar y marcharme fue como si enterrara un tesoro que no era para mi. La vela esta en un armario mas cercano. Creo. De todos modos, no pienso comprobarlo. El dia que tenga que abrir el armario para buscar algo que no sea la vela la encontrare. Mientras, esta bien donde esta.

La carta lleva tiempo desaparecida. Mejor. Recuerdo que la mia fue en papel verde. Y si, mi letra es todavía mas fea que la suya.

De modo que aquí estamos, hablando con la almohada, queriendo humillarme para expresar lo que a pesar de los años sigo sintiendo por ella, envuelto en algun papel amargo con ciertos toques rencorosos. En este tiempo ha habido otras chicas. No me puedo quejar del numero, que omitire para no parecer un fanfarron (ciertamente no lo recuerdo). Pero ninguna como ella. No es perfecta, tiene mala letra, pero me daba igual. Sigo con mi alcachofa podrida latiendo en mi pecho. O eso o es que tengo un saltamontes dentro tambien. Y no puedo dejar de acordarme de ella porque no puedo olvidarla.

Lo peor de que la noche termine es que el sol sigue saliendo, y que a pesar de tu dolor, el resto del mundo sigue girando. Pudiera ser que el mejor mundo fuera aquel que desapareciera cuando no estuvieramos preparados para llegar al amanecer.

Es de noche. Voy a consultarlo con la almohada.

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Re: Noctario De Un Insomne

NotaAutor: Emerald-Parallax » Miércoles, 07 Septiembre 2011, 19:55

No pensaba continuar con el hilo y tenia decidido pedir a algun administrador que lo cerrara, pero al parecer todavia me quedan cosas que contar. Escribo el mensaje para obligarme a compartir algo curioso que me ha pasado recientemente. Y es que si hay gente que se queja de que no tiene trabajo, los que lo tenemos, nos quejamos de la cantidad de trabajo que tenemos. En realidad nos quejamos en nuestro tiempo libre, porque no hay tiempo para hacerlo mientras estas produciendo.

Larga vida al rock & roll.

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Re: Noctario De Un Insomne

NotaAutor: Wolfy » Miércoles, 07 Septiembre 2011, 20:20

Espero que continúes el hilo como ninfómano espera sexo, así que ande...

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Re: Noctario De Un Insomne

NotaAutor: Emerald-Parallax » Sábado, 17 Septiembre 2011, 09:55

El ninfómano no espera sexo, lo busca y lo obtiene. Prosigo.


He dormido en un ataúd. Bueno, no es una afirmación totalmente exacta. Como buen insomne que soy, no he pegado ojo. De modo que lo correcto será decir que he pasado la noche en un ataúd.

Es curioso que seguramente a la mayoría, al hablar de vampiros, se nos venga la imagen de un ataúd en las mazmorras de un lúgubre tenebroso castillo transilvano, cuando en la naturaleza, los vampiros duermen colgados cabeza abajo, como sus primos los murciélagos. Reconozco que el ser humano, transformado en vampiro y por tanto, en un homo vampiro, no esta preparado para colgarse del techo. Y el techo tampoco esta preparado para que los vampiros se anden colgando como si tal cosa, que con la crisis de la vivienda, parece que estén poniendo pan de molde como falso techo. Sabemos que a los vampiros les crecen los colmillos, pero no nos enseñan si en los pies les crecen las uñas para formar unas garras con las que agarrarse a la viga de turno. Si existe. En algún momento, a algún vampiro trastornado se le ocurrió cambiar colgarse cabeza abajo por algo más cómodo, y eligió el ataúd. Y no se hasta que punto estar cabeza abajo es más cómodo que un ataúd. Solo he probado lo segundo, y por experiencia propia afirmo que no es nada cómodo. Definitivamente, el vampiro estaba trastornado. Además, estar con la cabeza más baja que los pies hace que la sangre te baje a la cabeza, y eso para un vampiro tiene que ser como volver a degustar la cena.

Vuelvo al tema original, que me disperso un poco. Hay dos cosas imprescindibles que hay que saber antes de dormir en un ataúd, o al menos, antes de entrar en uno. A saber: La primera es que este certificadamente probado que sea un ataúd de primera mano y que no este siendo reutilizado tras un uso mas convencional. Lo mismo que podemos admitir que nuestra novia haya tenido diversos amantes, aunque sin pasarse, podemos admitir que en el ataúd hayan dormido un número determinado de personas, siempre que todas ellas estuvieran vivas al hacerlo. Seguro que miraríamos con otros ojos a nuestra pareja si nos dice que, paseando por el cementerio, se ha encontrado con un muerto muy atractivo y se lo ha llevado al huerto. Con el féretro ocurre lo mismo.

La segunda es que hay que asegurarse que el lugar donde esta puesto el ataúd sea un sitio alejado de las aglomeraciones, y que durante el tiempo que vayamos a estar haciendo uso del mismo, no cambie de ubicación. Nadie querría ver en un tanatorio un ataúd abriéndose y que saliera un hombre, en pijama o desnudo, con los ojos legañosos y despeinado, dando los buenos días y preguntando dónde está el baño, o lo que seria peor, intentando salir después del enterramiento.

Sigo dándole vueltas a lo de los vampiros, y la verdad es que no deja de rondarme por la cabeza una cuestión. Se supone que los vampiros son muertos no muertos. Pero es que los zombis son muertos vivos, que no se si es lo mismo que no muertos. Porque, ¿qué pasaría si un vampiro mordiera a un zombi? ¿Se podría alimentar de él o seria como morder un trozo de cuero seco? ¿Y el zombi se transformaría en un zompiro? ¿O en un vampibi? De hacerlo, seria un zompiro, que suena mejor. Vampibi suena a Pokemon. Y si el zombi mordiera al vampiro, ¿lo convertiría en un zompiro o vampibi? ¿El orden de los factores altera el producto? Me lo apunto para desarrollarlo en la próxima noche de insomnio.

Retomamos. Un ataúd no es cómodo. Es mas, diría que es bastante incomodo. Y si hablamos de dormir, es uno de los sitios menos adecuado donde ponerse en contacto con Morfeo. Y eso que estoy hablando de un ataúd en plan caja grande, no en esos de western de madera de caja de pino, hexagonales, ancho por los hombros y estrecho por los pies. En el que pasé la noche, al menos había que reconocerle un cierto lujo: No era biplaza, pero para los que somos de espalda ancha no se podía decir que fuera agobiante, para lo que tenemos en mente de lo agobiante que debe ser un ataúd. Y es que pocos de los que lo usamos sabemos como se siente alguien dentro, ya que la mayoría lo suele usar cuando ya no siente nada, o, si lo siente, no dice lo contrario.

El interior estaba forrado de terciopelo y encaje, con una base espumosa nada recomendable para los que sufren de problemas de espalda, y un cojín, claramente insuficiente para los acostumbrados a las almohadas de látex. Exterior de aluminio gris metalizado, con molduras rectas y 4 asideros a cada lado. Tapa dividida en dos, horizontal, como los frigoríficos modernos. Ni llantas de aleación, ni ABS, ni elevalunas eléctricos, ni ordenador de a bordo, ni nada de eso.

Algunos puede que estén escandalizados de la idea de dormir en una caja cerrada. Reconociendo que es una idea extravagante, tras haber hecho uso de uno, tampoco me parece lo más raro que he hecho. Ya de pequeños, a las cunas solo les falta la tapa para que sea una caja, proporcionalmente mas amplia, desde luego, para poder inundar al bebe de peluches hasta la altura del móvil del techo. Como otro ejemplo, nombrar el de los fallecidos a bordo de un barco, en el que se los envuelve en un trozo de tela, generalmente una vela vieja, y se les añade una bala de cañón para que se hundan, o para que no vuelvan a salir de nuevo a flote. ¿Cómo llaman a estas ceremonias realizadas en alta mar? Enterramiento no puede ser. En todo caso, enmarenamiento, que es conveniente no confundir con marinar, no vaya a ser que marinemos al grumete de a bordo mientras enmarinamos una pata de cordero. A lo que iba: Envolver un cadáver, vivo o muerto, en una vela o dormir todas las noches en la cama envuelto en sabanas es bastante parecido, de ahí que lo del ataúd no debiera ser tan extravagante.

Seria interesante saber en que momento las personas no vampiros se decantan por una forma de descanso tan extravagante. Preguntarlo es tan desaconsejable como hacer lo mismo con alguien que ha elegido una cama con dosel de calicó; no vamos a entender la respuesta, de modo que mejor no preguntar.

El ataúd que tuve a bien padecer, para regocijo de su dueña, que proclama el dolor como la verdadera razón de la existencia (y menos mal que no ha llegado a la idea de poner unas chinchetas en el interior), pertenece a una persona de género femenino atractivo. Y para las relaciones de índole intima, tampoco resulta cómodo. En la amplia variedad de posturas sexuales que hay, y de las que manejo tres y domino una, la de estar tumbado boca arriba mientras ella hace el resto, dentro de un ataúd es precisamente esta la única que puede hacerse para que cumpla con los requisitos establecidos para su uso. Obviamente, la tapa ha de estar en sus dos mitades abierta, ya que de estar cerrada, habría que llamar a ocho personas versadas en el levantamiento de pesas, y agitar aquello acompasado al ruido procedente del interior. O en su defecto, esperar a un terremoto de cierto grado, y rezar para que dure lo suficiente, aunque en mi caso, hasta el mínimo temblor de tierra es suficiente para terminar la faena. No fue esta la ocasión, y cumplí. No se con que nota. Seguramente seria un fa o un sol, sostenidos, por supuesto.

Sin la búsqueda carnal del placer, no se si habría accedido a pasar la noche en un ataúd, y no quiero que esto sea una prueba de las dificultades que paso en este punto. No me atraía la idea en demasía, pero las carretas es lo que tienen. Antes de tener la experiencia, la de pasar una noche encerrado en un ataúd, hice una lista de artículos que consideraba oportunos introducir conmigo en caso de que se produjera un accidente, como que me enterraran, bien por error, bien premeditadamente. No me creáis miedoso. Estoy a favor de los enterramientos. A mi mismo me gustaría ser enterrado cuando llegara la hora. Me preocupa que ese reloj adelante y ser enterrado antes de la hora. De ahí que en mi lista incluyera una bombona de aire, una linterna con 4 pilas de repuesto, un teléfono móvil con 2 baterías cargadas, un GPS, un libro de crucigramas, un taladro con su colección de brocas, sobre todo de corona, una rotaflex, una pala... y un segundo lote completo, por si alguno del primero fallara.

Tras lavarme los dientes, ahí que iba yo, sin nada de lo anterior mencionado. Un beso de buenas noches, mostrando las generosidades de mi anfitriona al agacharse sobre mi, y hubo que esperar a que la tapa inferior pudiera cerrar. Me pregunto en ese momento si quería que cerrara también la superior. Ni que decir tiene que me quede sin nada que decir. Como a todos nos gustan que nos arropen, dije que si. Antes pregunte si cerraba herméticamente, con lo que eche al traste con la imagen que quería dar y quede como un cobardica. Ella se rió picaramente y yo me reí avergonzado. Solo hasta que no se cerro la tapa no me di cuenta de que no me había respondido.

Así que alli estaba yo, a oscuras, en un cubiculo reducido, pensando en si podría abrir la tapa si alguna ventosidad eligiera el camino de la libertad, aunque dentro del ataúd fuera condicional si la tapa estaba cerrada por fuera. El silencio era total. No sabía si en el barrio los sonidos nocturnos eran de baja sonoridad, o me encontraba en un ataúd insonorizado. No me puse a gritar para probarlo, no fuera que confirmara la imagen de cobarde que ya había insinuado antes. Y otras cosas puede que si, pero demostrar mi cobardía, solo bajo determinadas circunstancias, a las que me estaba acercando según una rápida e insegura valoración de la situación. Preferiría dormir con ella en la cama. Bueno, no dormir exactamente, pero es que ya había copado mi cupo semanal de coitos. Ya empezaba a estar cansado de aquel descanso, e intenté cambiar de postura. La palabra clave es intentar. O la tapa estaba cerrada por fuera, o pesaba más que yo. En aquel momento añadí pañales para adultos al lote de supervivencia. Al ser ancho de hombros, para estar tumbado boca arriba no había problemas, pero para dar media vuelta, era sumamente complicado si antes no me arrancaba los brazos. Era como bailar un chotis horizontal mientras intentaba plegarme los brazos sobre mi mismo. En el intento recé para que el ataúd estuviera realmente insonorizado. Tras el tiempo de jadeos mayor y mas sonoros de la noche, me encontré con que no podía poner el brazo debajo del cojín, porque al parecer, el ángulo de mi codo no era el adecuado a la hora de estar doblado, y debería tener al menos una articulación mas para poder lograr la postura que quería. Ahí estaba, medio asfixiado por el esfuerzo realizado, levantando la cabeza de vez en cuando para tomar aire, pero no demasiado no fuera que estuviera gastando mas de lo necesario. Saque fuerzas de flaqueza, para que a la mañana siguiente al abrir la tapa no se encontraran con alguien asfixiado, mostrando su cara menos favorecida a modo de bienvenida. Volver a la posición inicial me costo aun mas trabajo, ya que el cansancio iba haciendo mella, y uno de los pequeños defectos que tengo, que es el de respirar constantemente, me dificultaban la acción. Para cuando volví al principio no se cuanto tiempo habría pasado, ya que el interior, aunque lujoso, carecía de reloj, o de ventanuco por el que observar el radio-reloj de la mesilla. De modo que, ya convencido de pasar la noche en vela, llegue a la decisión de que cuando me llegara la hora del eterno descanso, dejaría escrito que me enterraran en una cama con su somier de láminas, colchón visco elástico y nórdico. Ya he tenido bastante ataúd para mi existencia y no existencia.
Última edición por Emerald-Parallax el Domingo, 18 Septiembre 2011, 14:14, editado 1 vez en total

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Re: Noctario De Un Insomne

NotaAutor: Matxakeitor » Sábado, 17 Septiembre 2011, 12:13

al kit de supervivencia le falta una sonda vesical con bolsa XXXL xD

y una semana previa de enemas para dejar los intestinos tan relucientes como el exterior

"Soy bilbaino bilbaino. Allá por donde voy lo digo. Tenemos fama de faroles, sí­, pero faroles que alumbran" (Miguel Álvarez, mi aita)
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Re: Noctario De Un Insomne

NotaAutor: Torkan » Sábado, 17 Septiembre 2011, 21:11

¡Cuidado Paralax! Así empezó Drácula, con insomnio y buscando sitios exóticos para ver si dormía xD

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Es mejor ser una hiena viva que un león muerto.
Pero es mucho mejor ser un león vivo.
Y también suele ser mucho mas fácil.
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Re: Noctario De Un Insomne

NotaAutor: Emerald-Parallax » Sábado, 22 Octubre 2011, 09:53

Una de las peores cosas que pueden ocurrir en una noche de insomnio es que puedes hacer casi cualquier cosa, pero como no te apetezca, quedarte tumbado pensando en cosas triviales, que a esas horas nocturnas cobran una gran relevancia. No sabría decir si la mayoría de las cosas que puedo hacer me apetece hacerlas y las hago, o simplemente las hago porque puedo. Me inclinaría a pensar hacia el lado izquierdo que si algo no me apetece hacer, aunque pueda, no lo hago. Bueno, tal vez el sexo sea una excepcion, que aunque no me apetezca, si puedo, lo hago. No es lo mismo que si te apetece, está claro, pero a pesar de ello haces el esfuerzo para salir del paso. También está el trabajo, que en estos tiempos chungos no hay razones para quejarse, a pesar de la rebaja en el sueldo y de que la extra de navidad la hayan rebajado hasta dejarla en ex. De modo que con las excepciones del sexo, del trabajo, y de alguna cosa más que no me acuerdo, algo me tiene que apetecer para hacerlo. Es posible que sea un vago. Con principios, pero vago.

Así las cosas, a pesar de haberme podido levantar, no lo he hecho y me he quedado pensando en la cama. O algo similar. He estado pensando en mi colchon. No sé si alguna vez os he hablado de él. Es un colchon viscoelastico, sin nada de latex, anti-acaros, anti-alergico y en mi caso, anti-sueño. Es probable que alguna vez hayais estado en una venta de colchones de estos donde el comercial saca un trozo de colchon de tamaño ligeramente superior al de su culo, coloca una copa con un líquido de color similar al vino en un lado y él se sienta al otro sin que el líquido se derrame y casi sin que la copa se incline. "Viscoelástico" dice. Y luego recupera la forma. Y piensas en qué material será el viscoelástico ese. Y llegas a la conclusión de que la palabra "viscoelástico" viene de la unión de las palabras "viscoso" y "elástico" (el Nobel de lingüística de este año ya tiene dueño), con lo que concluyes absolutamente convencido de que el colchón está relleno de blandiblup. Lo que no entiendo es que si a un palmo el colchón no se deforma cómo es posible que el somier de laminas sea tan importante. Porque antes sí, antes había esos somieres de enrejado metálico con muelles de sujección con ese ruido tan característico cuando sobre él se hacía ejercicio. Y me refiero a saltar sobre la cama. ¿Quien no ha saltado sobre la cama cuando era un chaval o chavala? Yo ya lo dejé hace un tiempo porque los colchones seguían teniendo muelles en el interior, pero ahora con los blandiblup no rebotas nada. Y con el somier de láminas, menos todavía. ¿Nos están timando los vendedores de somieres de láminas? ¿No sería suficiente con poner una tabla de contrachapado de pino para sujetar el colchón? Una cosa sí hay que reconocer a estos nuevos materiales: Cada uno tiene que apañarselas como puede. Donde antes había ayuda, ahora hay neutralidad. Podría ser la causa de que las ventas de juguetes para adultos/as se hayan disparado, con lo que esto empieza a parecerse demasiado a una conspiración: A pesar de que los colchones están rellenos de blandiblup y recuperan la forma seguimos comprando somieres de láminas, que hacer que el elemento varón tenga que valerse por sí mismo, y ante la incapacidad (por las razones que sean y que no son tema para tratar ahora ni nunca porque no sé de qué estoy hablando) que pudiera darse, los vendedores de juguetes para adultos sacan beneficio. No me extrañaría que este colectivo estuviera detrás de la patente del blandiblup.

Antes las cosas eran diferentes. No recuerdo si os he hablado del colchón de la casa de mis abuelos. Como otros tantos abuelos vivían en un pueblo. Decir pueblo es ser demasiado generoso. Digamos que eran cuatro casas y que sobraban casi tres. Incluso el adjetivo pequeño es demasiado grande para describirlo. Diminuto es una palabra demasiado larga. Pongamos que es un conjunto de casas situada en una comarca montañosa, que hasta hace no demasiados años parecía más un lugar del siglo XIX que al siglo XXI. Hoy se parece algo a finales del siglo XX. Pongamos como ejemplo que en las casas no había cuarto de baño. En su lugar había cuadras, había campo y había callejones de atrás. Hoy sigue habiendo cuadras, pero no animales; sigue habiendo campo y sigue habiendo callejones de atrás. Incluso se puede pasar por estos. Los colchones eran de lana, y cada cierto tiempo había que airearla. No es que las camas fueran altas, es que los techos eran bajos. Claro que si algun vecino se subía a lo alto de la cama de un salto podría estar batiendo alguna plusmarca olímpica, a pesar de no usar el estilo Fosbury. Eran las típicas camas que en el centro te hundías como en las arenas movedizas, efecto que se agudizaba con esas mantas que más que con lana de oveja parecían hechas con ovejas con doble de lana por el peso que tenían. Eso sí, frio no pasabas, aunque siempre estaba el peligro de morir asfixiado bajo el peso de las mantas o ahogado sumergido en el colchón. Claro que cuando saltabas tenías que hacerlo tumbado para no descascarillar la cal del techo. Ahora no, ahora las camas son tan bajas que para acostarte tienes que coger el ascensor y bajar al piso de abajo.

Otra cosa que me ha tenido intrigado esta noche son las moscas. Sabemos que van a la luz y que son insectos diurnos. Por eso me llama la atención que al bajar la persiana del todo y al apagar las luces, sigan volando un rato para detenerse al poco rato. ¿Cómo hacen para aterrizar en la oscuridad? Alguno o alguna puede que piense que cómo puedo saber estando a oscuras que ha aterrizado. Bien, hay algunas moscas que cuando vuelan zumban, luego cuando no zumban no deben de estar volando, ya que al ralenti se les puede calar el motor. Vuelvo a la pregunta: ¿Cómo aterrizan las moscas en una completa oscuridad? Hace tiempo que no veo los documentales de La 2, basicamente porque ya me los he debido de ver todos. He visto documentales de familias de animales, documentales divididos en zonas geográficas, de campo, de ciudad, de día, de noche, de erosión geológica, de reconstrucción de la Tierra de hace 65 millones de años... pero no he visto ninguno sobre la mosca. Sñi he visto unas cuantas veces ese del Serengeti, el de la manada de ñus, el rio y los cocodrilos. De la mosca no se habla, salvo que no sea ese tipo de mosca que invade el cuerpo de una gacela a medio devorar por una familia de leones y a la que después se le añade una familia de buitres. O las moscas que los hipopótamos se espantan con el rabo. O la de las plantas carnivoras que comen moscas. Claro que nunca te dicen qué les pasa a esas moscas ni a las que se meten en el dormitorio y se quedan a oscuras. Bueno, en el caso de las plantas carnivoras las moscas son ingeridas. Es un tema que considero que puede tener su importancia, ya que tal vez las moscas tengan una especie de radar o de vision nocturna incorporado para casos de emergencia. O no, y puede que aterricen dandose un trompazo contra la pared, armario o cualquier otra superficie rígida. Dejemos que la ciencia nos aclare este punto. A mi por ejemplo me interesa más saber como esos puñeteros insectos voladores no siguen volando ininterrumpidamente que cual es el origen del Universo. No digo que no me interese, ojo, pero el origen del Universo va a estar siempre ahi, mientras que las moscas puede que se extingan si pierden la capacidad de posarse a oscuras. Y ya puestos, también me gustaría saber por qué las moscas vuelan formando polígonos en lugar de círculos, y por qué lo hacen sobre las lámparas o cualquier cosa colgada del techo en lugar de hacerlo en otros sitios.

Luego está la cosa de que, cuando consigo dormir, me sueño sin barba. De momento, no se me ha ocurrido por qué puede ser. Puede que la próxima noche.
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Re: Noctario De Un Insomne

NotaAutor: Emerald-Parallax » Domingo, 30 Octubre 2011, 11:33

Dentro de un saco de dormir, sobre una esterilla, con un compañero que respira profundamente, en una tienda de campaña plantada ante un monte más alto desde el que se ve a no pocos kilómetros a lo lejos según se mira en dirección contraria, cerca de un riachuelo, bajo unos grandes quejigos, o casi, sin ruidos de civilización, a un rato andando del pueblo mas cercano, cerca de la naturaleza menos conocida de un pequeño rincón de la campiña autóctona. Aquí estoy ahora. En un saco de dormir, sin poder dormir. Lástima que no este en garantía para poder devolverlo alegando publicidad engañosa. Si es un saco de dormir y no puedo dormir es obvio que el mecanismo del producto esta fallando, con lo que tendrán que revisarlo o cambiarle las baterías.

Fuera hace frió. Dentro también, no me voy a engañar, a pesar de las plumas del saco. El ánade que las cedió desinteresadamente para su uso industrial seguro que esta peor que yo. Al menos hay que reconocer que la oscuridad es total, y si no fuera por los típicos sonidos nocturnos de un bosque normal, tales como los que vienen de la tienda que esta a unos 4-5 metros, donde se esta llevando a cabo el derecho matrimonial, sigilosamente he de admitir, se darían las condiciones perfectas para poder echar un sueñecito. Claro que cambiar la esterilla y el saco por un buen colchón y aun mejor nórdico, al que otro ánade ha cedido mas plumas al mismo interés que al saco, seria ya lo ideal. Lo perfecto seria que pudiera dormir, aunque fuera sobre un colchón de fakir.

Mientras espero que el matrimonio termine con su labor para poder salir aunque sea a estirar las piernas, voy dándole vueltas a como demonios hemos venido a parar aquí.

La culpa la tuvo una buena comida, una parrillada hecha sobre las brasas del mismísimo infierno, o casi. Bueno, puede que la culpa fuera de la sobremesa, con sus juegos de mesa por equipos y sus licores. O de la merienda. Estoy casi seguro que de la cena no fue. De lo que ocurrió después no recuerdo demasiado. Siendo sinceros, no recuerdo casi nada, y lo que recuerdo, no me da para llenar varias horas de vacío. Empecé vendiendo helados gritando por la calle ofreciéndolos como si de un loco cualquiera me tratara, tras tomar prestado un cartel de una tienda que no lo debía necesitar, ya que a la 1 de la madrugada nadie en su sano juicio toma un helado. Tras vender todas las existencias de helados, nada, hasta esas horas tontas de antes del amanecer en el que los garitos están cerrados y te quedas con la cuadrilla charlando sobre cualquier tema. Ehm, bueno, la cuadrilla estar esta, o casi todos al menos, y de los que estamos, no todos estamos en condiciones de razonar y de hablar con inteligencia, y menos al mismo tiempo. Alguno incluso puede que este bailando en medio de la plaza cantando a voz en grito mientras hace equilibrios con el último cubata que ha conseguido que le sirvan.

A medida que el amanecer va rompiendo se va recuperando la gente, sobre todo en cuanto a consciencia se refiere. Claro que un “por que no nos vamos de acampada” y un coro de “sí” “sí” “sí” podría llegar a demostrar que esa consciencia recuperada aun deja mucho que desear. Después llega el momento del desayuno, que ríase usted de las cabras y de su dieta en comparación a lo que puede comer un ser humano tras una noche de fiesta. Nos plantamos entonces en ese bonito dilema que se ha ido transmitiendo de generación en generación y que en algunas zonas ya es una tradición: Irse a la cama a dormir, como un cobarde, o aguantar la resaca despierto como una planta haciendo la fotosíntesis: Sentado al sol sin hacer nada.

Pasan los días y aquel que tiro la piedra sigue que baje ladera abajo. Nadie dice que no, con lo que al no haber ningún problema con las fechas, henos aquí.

Lo curioso del caso es que servidor ha tenido no poco contacto con tiendas de campaña y acampadas. Recuerdo, hace muchos años, cuando en cierta sucursal bancaria, actualmente patrocinadora de un equipo de baloncesto de elite, al hacer determinada operación te regalaban una tienda de campaña estilo canadiense. Supongo que seria un lote completo de equipo de acampada, lo mismo que en otras ocasiones dan cazuelas, mantas o cuberterías. La cuestión es que yo de pequeño ya venía torcido, y travieso, lo que se dice travieso, no lo era; era inquieto eufemísticamente hablando, o simplemente, un pequeño delincuente. Ya contare otro día las gestas a corta edad, algunas de las cuales suelen salir frecuentemente en las celebraciones familiares, para bochorno mío. Afortunadamente, no son pocas las que son desconocidas para mis seres mas allegados.

En la sucursal en cuestión, para aquello del marketing, al lado de un par de sofás y donde solía estar una mesita de cristal habían montado, sobre una tarima, una de las tiendas de campaña de la promoción. Era la típica tienda para 4-5 personas, azul y naranja. Mientras mi madre iba a hacer alguna operación con el cajero, la tienda ejercía tal influencia sobre mí, que no me resistí a acercarme a ella. Seguía atrayéndome, con lo que abrí la cremallera para ver que había dentro. Y una vez la cremallera abierta, no entrar era cosa de niños tontos, así que yo como no soy tonto, entre. Pero es que hice algo más. En algún momento debí de probar la estabilidad del montaje de la tienda y comprobé que era muy deficiente: Se me cayó encima. Fui rescatado, aunque no lo necesitara, por mi santa madre y el cajero, y el asunto no fue a mayores. Posteriormente me entere de que no pudieron volver a montar la tienda porque el montador, al parecer, se encontraba de baja, y ninguno de los trabajadores de la sucursal subieron deshacer lo que yo había hecho. En aquel momento ya debería haber empezado a sospechar de las cajas, a pesar de que esta que digo sea uno de las menos expuestas.

Cuando haces la mochila siempre se hace con alegría. Piensas en que tienes que llevar, en que quieres llevar, y con cuánto peso estás dispuesto a cargar montaña arriba. Por regla general, este ultimo punto pasa bastante desapercibido hasta que llevas media hora de caminata y empiezas a pensar en que puedes abandonar en el monte sin que su perdida sea irreparable a fin de aligerar la carga. En aquel trance me planteaba dejar el saco y la esterilla. Total, para el uso que les iba a dar… Eso si, tendría que dar explicaciones, y si bien los que sufrimos de insomnio podemos aceptarlo y asumirlo, no es cosa tampoco de ir pregonándolo a los cuatro vientos. Algo similar a las hemorroides.

En mi turno de cargar la tienda de campaña, esta que ahora me acoge, y que como aquella, es de estilo canadiense y no de esas tipo iglú que abriéndolas ya están montadas, recordé aquel viaje de estudiantes y estudiantas, en los años en que debería estar haciendo el servicio militar obligatorio, a lo largo de Gran Bretaña, donde parábamos en campings, recorriendo la isla de sur a norte, y luego de norte a sur. Muchas de esas noches es preferible que se queden alli donde estén, mas no una que hicimos cerca de Inverness, a los pies del lago Ness y del monstruo que no vimos. Lo que si vimos fueron vacas y toros de gran pelaje y aun mayores cuernos. Debían de sentirse muy solos, pues no importaba lo lejos que estuvieran las distintas manadas, que al vernos, se acercaban en estampida. Menos mal que sabían donde estaban las vallas, lo que no impidió que algunos de nosotros retrocediéramos 2-3 metros, no por miedo, si no por tener una mejor perspectiva de un grupo de 30-40 vacas y toros corriendo en la dirección en la que te encuentras a gran velocidad.

En aquella tierra es donde me inicie como cobaya del arte del hipnotismo y del viaje astral de manos de una linda muchacha. La cosa era que te tumbabas, te hablaba y te hipnotizaba o simplemente tu consciencia abandonaba tu cuerpo material y se dedicaba a vagar por los alrededores del Universo. No recuerdo haberme alejado demasiado de la muchacha ni de su voz. Ni que decir tiene que tampoco logro que me durmiera. Al menos no hipnotizándome.

Antes de venir aquí estuve investigando un poco por la red para ver si recordaba como montar bien la tienda. Di con una página que la verdad, no tiene desperdicio. Seguramente la hicieron un grupo de scouts o chavales de agrupaciones juveniles de estos con toda la buena intención del mundo, y puede que hasta se ganaran alguna insignia por ello, pero no puedo dejar de pensar en lo que leí. Más o menos, de memoria, esto es lo que decían:

1. El lugar más adecuado preferiblemente debe ser un poco inclinado para que las lluvias corran, libre de maleza, tierra seca, piedras y lo más importante de hormigueros. Las lluvias no corren, caen. Otra cosa es que lo que deba correr sea el agua de la lluvia al llegar al suelo. Lo de la tierra seca es importante, no se le vaya a ocurrir a alguien montar la tienda en medio del río. O dentro de un pantano. Lo de las piedras toda la razón del mundo. Y lo del hormiguero, entiendo que se boicotee al programa de Motos, pero creo que el grupo exagera.

2. Si el sitio tiene maleza, realizar una limpieza del terreno. Yo recomendaría escoger otro terreno, mas que nada porque si los que acampan son urbanitas, pueden empezar quitando maleza y terminar desforestando el bosque.

3. Si tiene piedras se recomienda quitarlas. Las piedras pueden romper el suelo de la tienda y molestar durante el sueño. Je, pues como alguno se ponga a quitar las piedras del monte, que no le pase nada. Lo mas sencillo, elegir un terreno donde ni tengas que quitar maleza ni piedras. Y por supuesto, que este a una distancia considerable del agua.

4. Cuando hay un hormiguero se aconseja buscar otro terreno. Esto me tiene intrigado. Es decir, que si es maleza o piedras hay que quitarlas, pero el hormiguero hay que dejarlo. Se ve que convencer a las hormigas de que se retiren unos metros más no da resultado. Tengo que buscar la web y ponerme en contacto con ellos para saber si es porque montando la tienda encima puedes aplastar a las pobres hormiguititas o porque si no lo haces, te comen.

5. Al escoger un sitio inclinado debemos colocar la puerta de la tienda hacia la parte más baja y la parte de atrás o ábside hacia la zona más alta. Esto no lo entiendo muy bien. Vale que a la hora de montar la tienda elegir un terreno ligeramente inclinado si es una buena opción, y en este caso, la entrada debe estar algo mas baja que el ábside. Eso si, en pendientes mas pronunciadas es exactamente al revés, ya que si no, cada vez que entras o salgas todos los bártulos se te van montaña abajo.

Me voy por las ramas. Tenía una relación especial con mi almohada. Digo tenia porque hace poco la he tenido que cambiar con todo el dolor de mi corazón porque estaba muy vieja y era mas una alfombra ancha que una almohada mullida. Durante demasiados años ha sido mi compañera de insomnio, confidente secreta de mis secretos, receptora silenciosa de mis lágrimas, amiga de mis desvelos. Aparte de insomne y de otras muchas cosas mas también soy maniático, por lo que no debería llamaros la atención si os cuento que hace unos años me la lleve conmigo a un par de viajes. ¿Si la reina de Inglaterra puede viajar con su cama por que no habría yo de poder llevarme la almohada? No estoy tan mal ni soy tan maniático para traérmela aquí, al monte, sobre todo porque seria una carga mas voluminosa que pesada con la que no estaba dispuesto a cargar. Maniático si, pero hasta cierto punto. El problema viene cuando a la hora de acostarte, aunque sepas que no vas a dormir, necesitas poner algo en el cuello para sujetarte la cabeza y en una acampada, toca improvisar. Coges la bolsa del saco de dormir y comienzas a buscar en la mochila toda clase de objetos, blandos a ser posible, para rellenarla y darle volumen. A la tercera vuelta sin encontrar nada útil, empiezas a buscar objetos no tan blandos. Para darle volumen metes las playeras. Con las botas ya te puedes apañar. Los calcetines van detrás. Es un buen saco de dormir y no vas a pasar frió con él. De modo que metes la ropa excepto la que vas a usar durante la noche. El resultado es a las almohadas como Frankenstein lo puede ser al ser humano. Como no hay nada más, hay que aceptar pulpo como animal de compañía.

De modo que aquí estamos, tumbado boca arriba, embutido en plumas de ánade con las zapatillas y la ropa como almohada, todo a oscuras y al parecer, en silencio. Decido esperar un poco en esta posición. Ya no me llega nada de la tienda de al lado. De la que esta mas alejada hace tiempo que no se oye nada. En la noche, algunos bichos salvajes se dedican a hacer su vida, o puede que sea el viento. Como ya empiezo a estar harto de la situación, me empiezo a levantar. Problema numero 1: El tejido del saco de dormir hace más ruido que las bolsas de los supermercados enrollándolas y desenrollándolas en días de huracán. Pongo en marcha la táctica del ladrón de panderetas y antes de que cante el gallo logro salir sin despertar al colega. Problema 2: Toda mi ropa esta en la funda del saco y entre tanto meneo la he perdido. Pienso en lo gilipollas que debo parecer: Medio desnudo, sin poder encender la lámpara, buscando la ropa. De todos modos, un poco cansado ya, opto por encender brevemente la luz y con rápidas ráfagas confiar en encontrar al menos los pantalones. Problema 3: No encuentro la lámpara. Sin embargo, encuentro la ropa. Problema 4: Vestirse a oscuras en un espacio reducido procurando no hacer ruido no lo hago todos los días. Afortunadamente, porque si no terminaba en el hospital seguro. En el proceso tropiezo con la linterna. Rectifico, mas que tropezar, se me clava entre las costillas. Problema 5: Doy gracias por llevar gafas y no poder llevar lentillas. Las gafas las tengo dentro de las botas, fuera. Problema 6: La cremallera. Me lleva un rato decidirme entre abrirla de golpe y hacer mucho ruido en un corto espacio de tiempo o abrirla lentamente y hacer poco ruido durante mas tiempo. Me inclino por la segunda opción y, para minimizar riesgos, abro lo imprescindible para arrastrarme al exterior. Fuera hace un frió terrible. Meto el brazo y saco el saco de dormir, que me lo hecho por encima. Noche preciosa, estrellada, con el suave murmullo de la naturaleza y todo lo que queráis, ¡pero que frió! Ya que estoy fuera aprovecho para aliviar la vejiga.

La luna o no sale esta noche, o ha salido ya o saldrá más adelante, con lo que ver, lo que se dice ver, no mucho. No hay ningún camino de ladrillos amarillos que marque la dirección a seguir, de manera que paso entre dos árboles en busca de un tercero, teniendo cuidado de alejarme lo suficiente pero no demasiado. En la naturaleza salvaje hay varios peligros comunes: Perderse en el monte, morir de frió o ser devorado por algún animal salvaje como ardillas, tejones, osos o rinocerontes. Claro que el mayor peligro es perderse, morir de frió y ser devorado por los animales salvajes. Pensándolo mejor, es bastante peor ser devorado parcialmente por los animales salvajes, perderse, pasar frió y ser terminado de devorar por los animales salvajes. Y luego morir.

Encuentro el campamento sin excesivas dificultades, a pesar de llevar el saco echado por la cabeza. Vuelvo a entrar y ya paso de quitarme la ropa, rehacer la almohada y demás. En la eterna discusión campera de si la postura adecuada es con la cabeza o los pies mas cerca de la entrada, tomo partido por la segunda opción. Vale que el olor al fondo es peor, pero en caso de que algún maleante decida burlar las medidas de seguridad consistentes en una cremallera que al abrirse hace ruido y atacarte con un martillo para machacarte el cráneo, se va a llevar una decepción al encontrarse con tus pinreles en el lugar de la cabeza.

El resto de la noche pasa lánguidamente. A medida que voy pasando calor me voy despojando de prendas de vestir. El cuello me duele porque las zapatillas no son ergonómicas para el cuello. Con lentitud el alba se adivina. Es entonces cuando la naturaleza despierta, no al canto de un gallo como podríamos pensar, si no con el cencerro de las vacas que han venido a pastar entre las tiendas.

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Re: Noctario De Un Insomne

NotaAutor: Emerald-Parallax » Viernes, 04 Noviembre 2011, 21:42

Me quedan un par de historias por contar. No me da tiempo a hacerlo antes del paron invernal, de modo que hasta primavera no rematare el hilo. Puede que al final en lugar de 2 sean 3 o 4, que no lo creo. De todos modos, tranquilos. Cuando el tema termine lo hara porque no me quede nada mas que contar, no porque consiga dormir de un tiron mas de 3 noches seguidas. El insomnio no tiene cura, porque estan todos en las iglesias.

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