—¡Cómo has cambiado de ideas, Manolo!
—Que no, Pepe, que no.
—Que sí, Manolo. Tú eras monárquico. Te hiciste falangista. Luego fuiste franquista. Después, demócrata. Hasta hace poco estabas con los socialistas y ahora eres de derechas. ¿Y dices que no has cambiado de ideas?
—Que no, Pepe. Mi idea ha sido siempre la misma: ser alcalde de este pueblo.
Feliz año a todos.